El cultivo de especies forestales latifoliadas de alto valor comercial, se ha intensificado sustancialmente en los últimos años en el Caribe . A pesar de que estas especies cuentan por naturaleza con madera de alto valor comercial, los productos obtenidos pueden ser diferentes en calidad y rendimiento a lo esperado, a causa de inadecuadas prácticas de manejo silvícola en las primeras etapas vegetativas del cultivo (Kanninen et al. 2006). Esto muestra la necesidad de mejorar los conocimientos y las técnicas de manejo para estas especies de rápido crecimiento, debido principalmente a la baja productividad y baja calidad de los productos. Por ello, mejoras en el rendimiento, mayor uniformidad y rotaciones más cortas, son los incentivos más fuertes para el desarrollo de sistemas de manejo intensivo que el ministerio de agricultura colombiano ha invertido en los últimos 5 años.
Los
estudios realizados en el campo de la silvicultura, han tomado como base de
referencia el modelo integral de producción forestal que abarca, desde el
mejoramiento genético; en el desarrollo de razas, cuyo objetivo es la
ampliación de áreas factibles para cultivos forestales en tierras con
restricciones menores de algunos elementos de oferta ambiental (Agua, suelo,
nutrientes), hasta los aspectos más considerados en las técnicas de manejo de
plantaciones que incluyen: la preparación del sitio, densidad inicial de
siembra, programa de nutrición forestal, control de malezas, poda y raleo.
La
nutrición forestal y la genética es uno de los principales aspectos de la silvicultura de plantaciones forestales con fines comerciales para la obtención de mejores rendimientos y
retornos económicos. Está demostrado que plantaciones forestales con un modelo
de nutrición, mejora las tasas de crecimiento y producción del cultivo, demandando de manera rápida otras labores de manejo como el control de malezas,
poda y raleo a edades tempranas.
Para
desarrollar un adecuado programa de nutrición, las empresas forestales han
optado por investigar el efecto que tiene sobre el crecimiento de los árboles la
presencia de malezas de hoja ancha y
hoja larga ,con el objetivo de implementar los controles mecánicos y químicos más
adecuados para su debido control, con la finalidad de efectuar las posteriores labores de
fertilización que harán más efectiva y eficiente la asimilación de nutrientes en los
árboles. En la investigación de malezas se identifican especies de hoja ancha
y gramíneas que afectan de manera negativa el cultivo en sus primeras etapas vegetativas. También
se estudia el efecto de aquellas que se encuentran creciendo en los años de la etapa
juvenil para determinar el grado de afectación que causa a los
arboles; un efecto negativo obligará a realizar control y neutral no hará necesario incurrir en
gastos que disminuyan la rentabilidad del negocio.
Los
efectos de la fertilización pueden ser evidentes en pocos meses o un par de
años, abriendo paso a la poda de ramas; labor de mucha importancia que dará
garantía de madera de excelente calidad. Por ejemplo, en plantaciones
forestales de Gmelina arbórea establecidas
en la sabana del Caribe húmedo colombiano, la poda de ramas hasta 6 metros es
realizada a los 18 meses de edad. Otro caso es el de Tectona grandis creciendo en el departamento de Córdoba que alcanza
los 13 metros de altura a los 3 años y la poda es realizada hasta los primeros 6 metros del fuste.
Asimismo, las plantaciones con programa de nutrición forestal establecidas a densidades de 900 a 1100 árboles por hectárea, demandan raleos tempranos a partir de 24 meses, como en el caso G. arbórea y 36 meses en T. grandis, obteniendo productos maderables, que pueden ser utilizados desde el chipeado, hasta la elaboración de machimbres, listones y molduras. Al final, el gran propósito es alcanzar los máximos retornos económicos con innovación en el mejoramiento de la productividad y obtención de madera de excelente calidad.